
Por Karina Perez
Una de las principales consecuencias de la pandemia, es la implementación del teletrabajo como una forma de continuar operativos. Esto ha generado una preocupación sobre las capacidades de las compañías para hacerlo de manera efectiva, ya sea desde el punto de vista técnico y tecnológico, o desde la gestión de equipos. Este último, ha puesto el foco de la discusión en la salud mental y la importancia de esta para un trabajo productivo y colaborativo.
El escenario sanitario en el que nos encontramos, es muy difícil si pensamos en que muchos profesionales han pasado largos periodos de encierro, muchos de ellos en solitario o, al contrario, con muchas personas, donde además deben lidiar con el cuidado de los hijos y las tareas domésticas. Todo esto mientras intentan teletrabajar. Para profundizar este aspecto, les recomiendo esta columna que escribí hace un tiempo sobre la gestión de equipos durante el teletrabajo.
Lo primero, es entender que una gestión que no considere la salud mental de los colaboradores, puede tener impactos sumamente negativos en las relaciones y desempeño de la organización y, sobre todo, podría anular los principales beneficios del trabajo remoto.
Desde Robert Half, hemos visto que las áreas de Recursos Humanos cumplen un rol clave en este contexto, ya que desde ahí se pueden potenciar medidas que apunten al cuidado de los colaboradores y su salud. Al mismo tiempo, quienes lideramos equipos y tenemos cargos de jefatura, podemos atenuar esta carga si seguimos una serie de acciones que apuntan a cuidar la salud mental.
- Crear espacios de diálogo y ocio, es fundamental para que los colaboradores puedan comunicar sus preocupaciones o buenas noticias. Generar instancias de esparcimiento ayudará a que puedan conversar sobre temas cotidianos que no estén relacionados con el entorno laboral.
- La comunicación efectiva para transmitir a los colaboradores que hay preocupación y comprensión de las dificultades que puedan estar enfrentando, es sumamente importante para generar confianza y abrir el diálogo. Por supuesto, es una buena práctica el reconocer el compromiso y desempeño en tiempos difíciles.
- Garantizar el derecho a la desconexión pareciera ser uno de los desafíos más importantes. Es importante contar con horarios que permitan a los colaboradores desconectarse de la dinámica laboral, y son las jefaturas quienes deben velar por ese espacio. Otro consejo en esta línea, es fijar un límite de reuniones por día y establecer pausas entre reuniones.
- La planificación y organización, son clave para dar una mayor sensación de control, adaptando rutinas que respondan al nuevo escenario laboral. Esto ayuda también a mantener objetivos realistas y evitar la sobreexigencia.
- Mantener una estructura horizontal muchas veces puede parecer difícil, ya que estamos acostumbrados a trabajar con estructuras verticales más bien jerárquicas. Sin embargo, una modalidad más horizontal, propiciará entornos más colaborativos e innovadores.
Finalmente, a modo de reflexión, debemos entender que esto va más allá del contexto de trabajo remoto. Si bien hoy ha tomado más fuerza, es un aspecto que se debe considerar en todo momento si queremos avanzar hacia modelos de trabajos más flexibles, productivos y colaborativos. Teniendo esto en cuenta, se avanza un paso más hacia el liderazgo del talento del futuro.
* Karina Perez es Managing Director de Executive Search en Robert Half para los Países Bajos