
A la hora de elegir una empresa para trabajar o de reunir motivos para permanecer en ella, un buen sueldo es importante. Pero ya no lo es todo. Los jóvenes profesionales buscan algo más que dinero y que se traduce en sentir motivación, valoración e integración en los equipos de trabajo donde se desempeñan.
La retribución no económica, más conocida como salario emocional, es vista como la llave maestra para conquistar a los millennials. Revisa cinco claves para generar un salario emocional acorde a las expectativas de los jóvenes talentos:
Una buena relación con los jefes
Las relaciones interpersonales son fundamentales y los millennials lo valoran. Un jefe que sea comprensivo, motivador y cordial establecerá un sentimiento de valoración porque resulta siempre más agradable trabajar con gente que sepa pedir “por favor” o simplemente decir “gracias”.
Puede parecer absurdo por lo elemental, pero muchos jefes asumen un rol muy prepotente, poco humano y hasta maleducado, espantando a quienes trabajan con ellos. La proactividad, sin embargo, llega de la mano de un ambiente y un trato justo, pero respetuoso.
Transmite tus ideas con actitud
Motivar a otros no es tarea fácil. Se trata de transmitir nuestras ideas de una manera positiva que contagie a los demás para que cada uno actúe según un objetivo común.
¿Cómo hacerlo? Muestra que reconoces el valor de cada integrante del equipo y que a su vez ellos también reconozcan la importancia que tiene cada persona y puesto de trabajo, independiente de la función de cada uno, para el desarrollo de la empresa.
Escuchar al equipo, poniendo atención a sus problemas, gustos, expectativas y opiniones también es muy importante a la hora de transmitir un mensaje. Escucha primero y después actúa.
Educa y promueve
Los desafíos del mundo laboral de hoy y de las próximas décadas suponen una interacción cada vez mayor entre el ser humano y la tecnología. Eso supone un escenario de evolución constante cada vez más vertiginoso, que obliga a asumir la necesidad de tener que estar en permanente actualización.
Los trabajadores deberán entonces estudiar y aprender siempre para poder mantenerse activos laboralmente y las empresas se verán en la necesidad de aportar, facilitándoles la posibilidad de educarse a través de programas de aprendizaje continuo.
Ese aprendizaje será beneficioso para ambas partes, ya que las empresas podrán contar con profesionales altamente calificados gracias a ese esfuerzo y los trabajadores tendrán oportunidades de ascensos laborales a mejores puestos, responsabilidades y remuneraciones gracias a su mejor y mayor conocimiento.
Flexibilidad laboral
Ya vemos cómo la jornada que hemos conocido por mucho tiempo comienza a mutar. Del régimen de trabajo tradicional de ocho horas al día, estamos transitando hacia jornadas donde la formalidad de ese horario fijo está pasando a otras modalidades más flexibles, con menos horas trabajadas e, incluso, a no tener la necesidad de permanecer en una oficina.
La idea es asegurarse de que el trabajo se realice en los plazos estipulados, algo que es altamente valorado las jóvenes generaciones y también por personas que deben hacerse cargo de responsabilidades tan importantes como el cuidado de niños u otras personas.
Espacios para el ocio
Las condiciones de trabajo exigentes, el cumplimiento constante de objetivos y otros factores propios de la convivencia laboral afectan directamente la dinámica laboral y las relaciones al interior de las empresas.
Una buena forma de atraer o retener a los talentos jóvenes es considerar esta realidad y hacerse cargo de ella abriendo espacios para la relajación y desconexión de las tareas cotidianas. Este tipo de soluciones permite la generación de dinámicas distintas, donde los trabajadores pueden hacer algo tan simple como descansar, pero también conversar y establecer relaciones que vayan más allá de lo estrictamente laboral, potenciando valores como el compañerismo y el compromiso.