
El inevitable avance de la tecnología y las transformaciones de las empresas, con innovaciones cada vez más sorprendentes, han levantado las alarmas en distintos sectores, a partir de casos donde la automatización ha terminado con tareas que hasta entonces eran manuales. Y es que el avance tecnológico y la digitalización no preguntan y van más rápido que las políticas públicas o incluso que los cambios culturales en organizaciones y la sociedad misma. He ahí la sorpresa que generan estos cambios en la forma de hacer negocios.
En consecuencia, la adaptación a un entorno laboral digitalizado, donde muchas de las tareas cotidianas pueden ser automatizadas, requiere del esfuerzo de colaboradores, ejecutivos de las empresas, representantes sindicales y los gobiernos. Pensar las relaciones laborales en este nuevo escenario es clave para abordar el desafío de la reconversión laboral, el desarrollo de habilidades del siglo XXI o la flexibilidad para desarrollar nuevas y múltiples funciones.
Según estimaciones de la OCDE en su estudio "How’s Life in the Digital Age? Opportunities and Risks of the Digital Transformation for peoples’s well-being", se estima que en el caso de Chile, hasta la mitad de los empleos tradicionales podría ser automatizado, es decir, desaparecer. ¿Qué hacer ante una proyección tan dramática?, realizar esfuerzos conjuntos para adaptarse y prepararse para desempeñarse en nuevos trabajos, que quizás aún no conocemos. Ello, desde la academia, las organizaciones y el estado.
Hace unas dos décadas atrás, cuando la globalización no alcanzaba los niveles de hoy en día, se generaban intensos debates en torno a si participar de ella o no, o incluso de cómo oponerse al -entonces- fenómeno de la interdependencia planetaria. Pues bien, hoy estamos en mundo globalizado y ni la más férrea oposición logró detenerla. Algo similar pasará con la digitalización de los entornos laborales y cuanto antes lo aceptemos, mejor nos podremos preparar para adaptarnos y sacar provecho.
Creando un equipo ganador
Alcanzar nuevos niveles de eficiencia y productividad se ha convertido en una necesidad, permitiéndole a las empresas mantenerse actualizada en su área, en un mercado competitivo – y sus gestores son responsables por motivar y asesorar a cada uno de los individuos en pos de obtener la mejor performance del equipo para la empresa