Actitud de dueño: ¿cómo formar un equipo con ese perfil?

Por Robert Half on 10 de julio 2017

Ya hemos hablado algunas veces sobre la importancia que tiene actualmente el perfil de comportamiento para la evaluación de un profesional, sea al momento de su contratación o en su trabajo diario. Una característica que se busca cada vez más es lo que se conoce como “ownership”, o “actitud de dueño” si traducimos el término al español.

La actitud de dueño es la mentalidad diferenciada de quien cree en el negocio, se pone la camiseta y desea ver que la empresa prospere como un todo. ¿Se imagina si todos los colaboradores y gestores de su empresa tuvieran esa misma mentalidad?

Al momento de la contratación

Muchas empresas ya incluyen en los anuncios de trabajo, junto con los conocimientos técnicos y dominio de idiomas, los llamados comportamientos claves para el puesto, destacando entre ellos la actitud de dueño. Eso ocurre porque, según mi experiencia de más de 10 años en el mercado de reclutamiento, cuando una persona ya posee esa característica, esparce esa cultura por la empresa, motiva a los demás y compromete al resto.

Es necesario pensar como el dueño

¿Qué hay que observar? ¿Quiénes son esos profesionales? Al momento de formar un equipo, busque personas que se muestren interesadas y curiosas por la empresa y que demuestren proactividad y autonomía para tomar decisiones y entregar resultados. Además, otras características que pueden indicar que la persona posee la tan buscada actitud de dueño son:

- Interés por otras áreas de la empresa, no solamente la suya;

- Ganas de estudiar y aprender más

- Perfil de liderazgo

- Se comunica bien y, por sobre todo, sabe escuchar

Haga su parte

Para conquistar y retener talentos con esas características, la empresa también debe hacer su parte. La actitud de dueño solo existe con empoderamiento (autonomía y responsabilidad) y con retornos (financieros y reconocimiento). Saber delegar, ser transparente, dar feedbacks frecuentes y aclarar lo que se espera de un colaborador es fundamental. Olvídese del dicho “a ojo del dueño, engorda el caballo” y apueste por conformar un buen equipo, eligiendo a las personas correctas, automotivadas e interesadas en el negocio.

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